Sueños
Muchas veces creemos que sabemos cuál es nuestro sueño o nuestra meta...no es hasta que ocurre lo inesperado para darnos cuenta de que estábamos totalmente desenfocados...Eso pasa en las relaciones de pareja, creemos que conocemos la persona y un detalle nos permite ver que no es así. En cualquiera de las dos situaciones, tenemos dos opciones: o nos lamentamos, arrepentimos, lloramos o pataleteamos...o, podemos agradecer la sacudida. ¡Sí, agradecer la sacudida!
Es que realmente no nos percataríamos de muchas cosas y pasaríamos por la vida como ciegos o con gríngolas si no tuviésemos esos momentos que nos hagan reflexionar. Consideramos muchas veces que nos las sabemos de todas, todas y, realmente estamos equivocados. Es ahí donde verdaderamente estaremos presente con nosotros mismos, no podemos huir. En algún momento esa sacudida te llevará a re encontrarte pero, solo si se lo permites. Si no; continuarás pataleteando, quejándote y lamentándote. Seguirás culpando a tu pareja, seguirás culpando a la vida, dirás que no tienes suerte, etc. etc. y habrás desperdiciado otro momento de re definirte, de darte cuenta que aunque creías que lo sabías todo y que tenías clara tu meta, no era así. Re descúbrete, utiliza ese mal momento de otra forma, utilizálo como escalón para subir, para escalar más alto...
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