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jueves, 26 de mayo de 2016

¡Basta ya, ahora voy yo!



En las ocasiones en las cuales nos sentimos abrumados, derrotados, posiblemente con nuestra autoestima por el suelo se nos presentan dos caminos: hacia la destrucción, hacia un callejón sin esperanza y otro, hacia el levantarse, hacia el sentido, el propósito, pero esta vez con más dirección.

Estos caminos no tienen que ver con la situación en sí, probablemente ésta continua igual. Es como decido afrontarla. Quizás no tengo control de la situación dada, no puedo cambiarla, pero lo que sí puedo, es mi actitud ante ella. 

De esta forma, no es que me estoy resignando, pero si estoy aceptándola precisamente porque luchar contra ella, por lo menos en este momento no tiene sentido y lo que me causaría es caer en un remolino porque luchar por eliminarla sería algo así como nadar en la arena. Tienes que buscar otras opciones. 

Aun ahí, en ese momento triste, amargo, doloroso puedes sentirte libre, pleno. Por eso es que tenemos que percatarnos que esa fuerza, esa libertad sale de adentro, independientemente de lo que esté pasando en el exterior. Ese poder desde adentro de mí, nadie me lo quita. Yo le llamo Dios, otros le pueden llamar de otra forma.

Viktor Emil Frankl fue un hombre nacido en Viena dentro de una familia judía practicante. Se desarrolló en muchos campos (neurología, psiquiatría, psicología, escritura, dramaturgia, dibujo y filosofía entre otras). Junto a su familia estuvo en campos de concentración nazi y aunque el sobrevivió, no así su familia.

Frankl se refugió en el servicio y en sus escritos para sostenerse del dolor personal de haber perdido a su padre, madre, hermano, cuñada y esposa. Uno de los libros que escribió fue El hombre en busca de sentido dedicándose a partir de ahí,  a difundir el mensaje de la logoterapia, ¨a pesar de todo, ,  a la vida…¨ en su mensaje básicamente expuso que los que tuvieron más oportunidad de sobrevivir dentro de los campos de concentración fueron los que vislumbraron una misión particular hacia el futuro, un sentido que seguía la misma línea de Nietzsche que fue citada por él: “Quien descubre un para que vivir, es capaz de soportar casi cualquier como”.

Por ello es importante tomar control, no de la situación externa (muchas veces no podemos), sino de nosotros y nuestra actitud. No te permitas quedarte en la sombra, abrumado o abrumada luchando con las emociones que te causa la situación.  En cierta forma al decidir continuar con un ¨para qué¨ cambiará tu forma de enfrentarte mientras tanto. Sí, mientras tanto, ya que puede ser que se tienen que dar unos cambios (que no dependen de ti) pero esta vez sin quedarte varada o varado, esperando a que se den.

Imagínate, tan fuerte como estar en un campo de concentración nazi, perder de golpe y tan cruel a toda la familia, desesperante pero aun ahí, podemos sentirnos libres como Frankl. No es que mágicamente nos vamos a sentir felices, pero dentro de nosotros mismos encontraremos el sentido de vivir, de continuar a pesar de las circunstancias.

No permitas que la situación, ni otra persona decida por ti. Tampoco quedarte en la sombra, por el contrario, renueva tus fuerzas y estarás en posición de auto-descubrirte. Puede que te sorprendas de tus cualidades y talentos (observa la vida de Frankl que, hasta dibujo, escribió una pieza de teatro…y se movió en tantas ramas al servicio de los demás). ¿Que podrás hacer tú? Estoy segura que hay mucho talento escondido en ti. O quizás descubras tu propósito, ese por el cual te creo Dios y te pensó desde la eternidad.

Por eso Basta ya, ahora voy yo es lo que tienes que internalizar. Vencer ese o esos obstáculos que te están deteniendo o te están abrumando. Se acabó el no ser.

Así es que, la próxima vez no permitas que la situación te arrope y decida por ti, en cambio dile: “Basta ya, ahora voy yo”.

Referencias
Miramontes, F. (2006-2016). Philosophica: Enciclopedia filosófica online, Recuperado de internet: http://www.philosophica.info/voces/frankl/Frankl.html








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