Desconozco desde cuando estás ahí o el propósito de tu “vida”. Trato o, estoy intentando comprender tu psicología (si fueses una persona). ¿Tienes planes, propósitos? Muchos dirían que no, que estoy disparatando, sin embargo, esta es la forma, mi forma de poder manejar tu presencia y mi terapia (por decirlo así), de lidiar con esta situación.
Tus Ojos, cuerpo, actitudes, posturas, gestos…todo me lo he imaginado.
También, tu lucha al sentirte amenazada o, amenazado por las radiaciones que recibiste a partir del 27 de septiembre del 2021. Antes de esto recuerdo como y cuando te conocí…sin saber quien eras te vi moviendo cosas de aquí para allá. Intentaste confundirme pretendiendo que vivías ahí y no eras un intruso. Sin embargo, luego fuiste identificado y en esa segunda ocasión te vi queriendo imponerte. Ya había comprendido que no eras parte del paisaje sin igual de mi cerebro y procedí a presentarte unos seres poderosos. Sin embargo, aún así, aunque arrinconadas en una esquina estaban de pie y atentas como queriendo demostrar que tu intención no era irte. Con esos seres, te vi “aquietarte”, perplejos ante Su Presencia.
Sin embargo, en nuestro tercer encuentro puedo decir que las vi acercarse unas a otras, apiñándose diría que, hasta cierto punto, ¿sumisas? Y aceptando “escuchar” el rezo del rosario. Vi sus caras un tanto asustadas ante Su presencia. Por primera vez las vi sentadas muy juntitas como células amedrentadas pero sin rendirse. Me imagino que a la expectativa de que cuando todo se apagara, volverían a continuar su proceso de invasión.
No fue hasta ese trascendental cuarto encuentro en el cual las vi sumamente asustadas. Con cada ataque de radiación se iban uniendo más. Aunque no vi indicio de muerte se que estaban heridas y se sentían muy confundidas. Intuyo que creían que iba a ser como las otras veces y este ataque sorpresivo las confundió. Me di cuenta que aunque yo no podía ver la radiación, ustedes si porque vi intentar esconderse una de ustedes que estaba a la derecha. Se estaba intentando esconder detrás de otra de ustedes sin embargo, le dije que no lo hiciera ya que tenían su perfecta ubicación e, independientemente de lo que hiciesen, el proyectil con la radiación sería certero.
Por dos meses y medio, aproximadamente no diste indicios de vida. Sin embargo, a mediados de diciembre comenzaste el ataque que se tradujo a nivel médico como neuralgia del nervio trigémino. Wow, que imponente presencia, te creciste y esta vez si que te hiciste notar.
No fue hasta ese momento que comprendí que eras sumamente poderoso. Semanas de un dolor o dolores intensos como jamás había experimentado en mi vida. Hubo veces que no podía soportarlos, me hacías llorar y opté por analgésicos. Fue una lucha insoportable. Sentía ataques repentinos como si me enterraran un estilete por la ceja derecha por detrás del ojo hasta la nariz. Cuando era por ese lado, mi ojo lagrimeaba hinchándose. Me miraba en el espejo y me veía enferma y muy agobiada.
En el inicio, no podía identificar episodios de dolor que tuvieran una duración específica ya que era durante todo el día estaba cubriéndome con los analgésicos. Me daba cuenta de esto ya que cuando llegaba el término de la cobertura lo sentía una vez más. Por respeto a mi hígado, decidí no tomar más de estos me imagino porque se fueron definiendo o espaciando tus ataques.
De ahí en adelante, intenté medir cuánto duraban tus ataques percatándome de que me atacabas por distintos puntos del nervio del trigémino. Fui buscando información para conocer las estrategias de tus ataques y pasaste del ojo a la mejilla, a la nariz…sin embargo, un día me despertaste con un ataque en la mandíbula teniendo sensaciones extrañas en la lengua y la garganta. Ese fue el mayor de tus ataques porque el dolor se tradujo a una taladrar a cada uno de mis dientes y muelas de ese mi lado derecho de la boca. Era tan fuerte que me imaginaba como alivio si me sacaban todos los dientes de ese lado. Aunque ese tan y tan extenso fue una sola vez, si me seguiste atacando a los dientes y muelas…horrible. Te imaginaba aleteando y contraatacándome al impactarte la radiación.
Por otro lado, la nariz, la mejilla con sensaciones extrañas que no puedo describir. Y esto, con otro que llamaba de “base” que era todo el tiempo independiente de estos episodios intensos. A veces se unían el ojo y atrás de la cabeza o, el ojo y la nariz o la mejilla y los dientes…en fin tu ataque ha sido horripilante (te conjugó en presente ya que aún no has cedido totalmente). Fue tanto el agobio que sentía que casi me quito todo el pelo de la cabeza y me quedé sin tinte (anhelando que esto me aliviara o en mi desquite de tus ataques.
Debo decir, que recurrí a combatirte o mejor dicho, defenderme mediante audios de relajación y aromaterapia luego de hacer investigación de aceites esenciales y sus propiedades. Me di cuenta de que aunque no me los quitaba si me aliviaba cuando decidías atacarme. En ocasiones hasta me aguantaban que el efecto escalara más y más ayudándome a combatirlos.
No puedo negar que tuve cierto temor de que la radiación no hubiese sido efectiva por el hecho de que antes de la intervención no había experimentado neuralgia ni estos síntomas tan insoportables. Sin embargo, te vi y te sentí aleteando y luchando por la vida. No puedo negar, dada mi naturaleza, que hasta experimenté pena por ustedes pero comprendí con tu ataque que aunque no se querían ir, no tenían razón de estar ahí y lo que podían provocar era daño a la larga. Y ahí me sentí contenta de que ya te estuvieses rindiendo. No tengo la certeza aún, pronto lo comprobaré.
Desde hace casi una semana tus aleteos cada vez son menos o no tan intensos. Antes cuando me atacabas me llevabas en ocasiones hasta acostarme para dormirme en lo que atacabas. A veces lo lograba y a veces no, me incapacitabas en esos momentos. A veces te activabas cuando comía o cuando sentía la luz o la brisa…fue sumamente agobiante y fuerte. Hasta nos dijeron que podías demostrar una sensación de falso crecimiento.
Aún estás ahi y te manifiestas pero ya en el espejo se ve un rostro normal. Ya van a ser 6 meses de la intervención y me alegré de que ya el doctor me autorizara a encontrarme contigo nuevamente. No se que voy a encontrar, espero que no me estés engañando y realmente te hayas rendido. Antes estaba tranquila pero ya no puedo esperar más.
¿Que me vas a explicar? Realmente demostraste de qué eras capaz, por eso quiero que te vayas. Ya no puedo aceptar que te quedes porque al inicio me dijiste que estabas ahí en una esquina y no me hacías daño. Me doy cuenta que eso era para ganar tiempo pero una vez crecieras podías hasta quitarme la vida y fíjate cuando dolor agobiante has sido capaz de causarme.
Claro, se que me dices que fue culpa mía al aceptar que te atacaran pero entiende era tu vida o la mía y definitivamente al terminar tu trabajo (leí que un meningioma se forma a partir de células que han terminado su función), te quedaste en el lugar que no te correspondía y ya no hay vuelta atrás. Estás luchando por tu vida pero fue porque di un paso al frente luchando por la mía y no daré marcha atrás.