Reflexión anecdótica: ¿y ahora qué hago ante una situación inesperada?
He estado reflexionando sobre la vida misma, sobre mi lugar en la Tierra, mi existencia aquí...¿Te ha pasado? Creo que a todos nos ha pasado alguna vez. Y me imagino que también te has preguntado ante esa encrucijada que se te presenta, ¿que camino debes coger?
Por lo general es así, una situación se nos presenta y no sabemos que hacer. Pero...¿y si no tienes elección? Llego y ya...aquí estoy te dice...llegue y coloca su equipaje en el suelo. ¡¡¡Y un gran equipaje!!! Parece que es para largo...
¿Que haces? ¿Crees que no tienes elección porque te quedas ahí, no te vas. Puede ser un trabajo, puede ser una relación o algo mas fuerte como una enfermedad de un ser querido. De momento te sientes atrapado o atrapada en una situación de vida pero aun ahí puedes decidir. Tienes esa opción. Y no me refiero a irte, eso seria huir. Me refiero ante esa disyuntiva dolorosa , ¿que puedes hacer?
Te cuento que se va a cumplir un año que a mi esposo le dio un infarto cerebral muy fuerte. Tan fuerte que aun no ha recuperado del todo.
Cuando le ocurre algo así a un ser querido nuestro primer temor es si sobrevivirá a esto o no. Esa es la primera etapa y muchas preguntas sin respuestas. Según fueron transcurriendo los días, surgieron mas preguntas, mas desesperación, mas dudas. Sin embargo, mas amor.
Amor por el y sobretodo amor por Dios. Amor por lo que fuese su decision en mi vida y dentro de todas las dudas se presento la encrucijada...no había opción, nunca me paso por la mente huir. Sin embargo, aun quedándome, aun quedándote tienes una encrucijada: ¿o vives cada dia amargada, quejumbrosa, hastiada y quizás hasta maldiciendo o renegando de Dios, o por el contrario entregas todo por amor? Por amor a Dios y por amor a tu semejante.
No es que no pases por etapas en las cuales no te quejes, no te preguntes, no te deprimas, etc... pero eso lo hablaremos en otra entrada. Me refiero a esa decision del alma, que es la que va a regir tus días. Es precisamente en ese punto que vas a ir definiendo el desenlace de tu presencia en esa situación de vida que te toco vivir. El decidir quedarte y ser cuidadora de ese ser no es fácil, nada fácil y si optas por lamentarte, por cuestionarle a Dios, por maldecir, sera mas difícil aun y no lo podrás lograr. O te enfermaras o terminaras maltratando a quien tanto amas. Por eso, tienes que afirmarte, anclarte en ese voto de servicio, de entrega que deberás hacer. Obviamente tienes que amarte a ti primero para poder amar a otro y por eso debes cuidarte y mimarte.
Por eso, si te das cuenta ves que aun que llego con mucho equipaje y que parecía que no podrías decidir nada, aun ahí había una elección mucho mas profunda porque era del alma. ¿que decides tu: estancarte en la lamentación o crecer en el servicio y el amor? Lo que si debes tener claro, es que debes buscar anclarte en lo máximo, en mi caso es Dios.
Por lo general es así, una situación se nos presenta y no sabemos que hacer. Pero...¿y si no tienes elección? Llego y ya...aquí estoy te dice...llegue y coloca su equipaje en el suelo. ¡¡¡Y un gran equipaje!!! Parece que es para largo...
¿Que haces? ¿Crees que no tienes elección porque te quedas ahí, no te vas. Puede ser un trabajo, puede ser una relación o algo mas fuerte como una enfermedad de un ser querido. De momento te sientes atrapado o atrapada en una situación de vida pero aun ahí puedes decidir. Tienes esa opción. Y no me refiero a irte, eso seria huir. Me refiero ante esa disyuntiva dolorosa , ¿que puedes hacer?
Te cuento que se va a cumplir un año que a mi esposo le dio un infarto cerebral muy fuerte. Tan fuerte que aun no ha recuperado del todo.
Cuando le ocurre algo así a un ser querido nuestro primer temor es si sobrevivirá a esto o no. Esa es la primera etapa y muchas preguntas sin respuestas. Según fueron transcurriendo los días, surgieron mas preguntas, mas desesperación, mas dudas. Sin embargo, mas amor.
Amor por el y sobretodo amor por Dios. Amor por lo que fuese su decision en mi vida y dentro de todas las dudas se presento la encrucijada...no había opción, nunca me paso por la mente huir. Sin embargo, aun quedándome, aun quedándote tienes una encrucijada: ¿o vives cada dia amargada, quejumbrosa, hastiada y quizás hasta maldiciendo o renegando de Dios, o por el contrario entregas todo por amor? Por amor a Dios y por amor a tu semejante.
No es que no pases por etapas en las cuales no te quejes, no te preguntes, no te deprimas, etc... pero eso lo hablaremos en otra entrada. Me refiero a esa decision del alma, que es la que va a regir tus días. Es precisamente en ese punto que vas a ir definiendo el desenlace de tu presencia en esa situación de vida que te toco vivir. El decidir quedarte y ser cuidadora de ese ser no es fácil, nada fácil y si optas por lamentarte, por cuestionarle a Dios, por maldecir, sera mas difícil aun y no lo podrás lograr. O te enfermaras o terminaras maltratando a quien tanto amas. Por eso, tienes que afirmarte, anclarte en ese voto de servicio, de entrega que deberás hacer. Obviamente tienes que amarte a ti primero para poder amar a otro y por eso debes cuidarte y mimarte.
Por eso, si te das cuenta ves que aun que llego con mucho equipaje y que parecía que no podrías decidir nada, aun ahí había una elección mucho mas profunda porque era del alma. ¿que decides tu: estancarte en la lamentación o crecer en el servicio y el amor? Lo que si debes tener claro, es que debes buscar anclarte en lo máximo, en mi caso es Dios.