lunes, 21 de marzo de 2022

Ni tan tan, ni muy muy

Reflexión: Encontrar el balance ante los cambios y cambios

Mientras, alrededor, dan vueltas y vueltas las situaciones de lo cotidiano. A veces traen alegría y otras tantas desolación. Hoy es uno de esos días en los cuales esta entremedio. Esto porque aunque no hay nada extraordinario sucediendo alrededor y por otro lado, la esperanza de un compartir mas adelante viendo una serie.

Esto de las series es bárbaro, en mi época eso no existía y hoy día esta generación vive viendo serie tras serie. Yo soy privilegiada de pasarme de la nada al todo. O de la era manual a la digital, así de simple. Me imagino que a todos nos ha pasado. Me refiero a que aunque me siento fabulosa y única al haber conocido los teléfonos de rueda y los que había públicos en las calles, otros tantos han caminado viendo cambios según el lapso de historia que les haya tocado vivir. Desde los no celulares a las comunicaciones a través de plataformas como zoom, teams o blackboard. Además de haber comenzado en la universidad entregando trabajos a manuscritos o maquinilla para hoy dia estar frente a mi ipad y tener laptops y celulares inteligentes. Haber visto cuando, supuestamente llego el primer hombre al luna (no me consta y han surgido dudas al respecto), y estar viviendo la planificación de visitarla nuevamente. Todo esto es maravilloso.

En la actualidad casi todos tienen un blog o una cuenta en youtube o hasta podcasts. Aunque hay que puntualizar que el lapso de atención de las personas es mas corto por lo que las lecturas son con menos palabras. Por otro lado, existen algunas personas que se resisten a dejar de acariciar las páginas de sus libros. Me imagino que para satisfacer esa demanda se llegarán a inventar un dispositivo en el cual se pueda “tocar” lo que aparente ser la página del libro que se lee. Eso sería maravilloso, ya existen los que no tienen brillo para que asemeje la iluminación de un libro real. Algunos me dirán que aún así no sería lo mismo.

Lo que estoy segura es que aunque algunos digan que esta generación no lee, yo considero que leen mucho mas. Lo que ocurre es que a borbotones. No es una lectura larga o continua sino, un pedacito por aquí y otro por allá.

Ya las personas no se tienen que quedar con las ganas de saber el significado de una palabra o qué es lo que se está mirando. Antes si tenia dudas del significado de alguna rápidamente buscaba en la enciclopedia Salvat, que a insistencias mías, mis padres me fueron comprando tomo a tomo según hacían las compras en un supermercado del vecindario. Desde chiquita me gustaban tanto los libros que mi primer libro fue un diccionario del cual me antojé. Hoy día, se “gugulea” (según el argot de hoy día) que no es otra cosa que buscarlo en un buscador de internet conocido como “Google”. Recuerdo que fue bien emocionante para mí cuando pude entrar a internet por primera vez por medio de AOL. La música cuando se accedía me producía alegría ya que experimentaba la sensación de entrar al mundo por una ventana. Idílico.

Aunque sea una ventaja poder tener un conocimiento al instante, así mismo recibimos la informacion que lamentablemente nos causa tristezas o perturbaciones. Hay personas que comparan las épocas diciendo que tiempos pasados fueron mejor sin embargo, considero es que ahora nos enteramos de lo que antes no se llegaba a descubrir o documentar. Con el acceso a la tecnología, no tenemos que esperar que un suceso lo veamos en la prensa escrita sino que hoy día nos enteramos al instante ya que todos con un teléfono móvil se convierten en reporteros al instante. Por otro lado, no tienen que esperar a que sea aprobado por un editor sino que sin pensarlo dos veces lo suben a las plataformas digitales alcanzando a gran cantidad de personas.

Es increíble lo que se puede abarcar sin embargo, a un mismo tiempo nos podemos quedar cortos ante otras simplezas que nos vamos perdiendo por tanta tecnología. Considero que debemos procurarnos un balance para no terminar adictos a ésta. Aunque la tecnología es maravillosa y nos puede transportar al instante a dondequiera y sintiéndonos libres a un mismo tiempo, nos puede esclavizar en sus redes ya que es sumamente adictiva. Nos damos cuenta de esto cuando se nos queda el celular en algún momento o cuando no nos podemos conectar al internet por alguna razón. Experimentamos el sentirnos perdidos, atados o solos y en la mayoría de los casos o no nos damos cuenta o no lo aceptamos.

Antes no existían los celulares y nos íbamos de la casa solos, hoy día nos sentimos a la interperie o desvalidos si por alguna razón se nos queda en algún lugar o se nos pierde. Claro, antes habían teléfonos públicos en cada esquina por cualquier emergencia y aún en aquellos momentos era peligroso. De hecho, yo perdí una sobrina mientras hablaba por uno de esos teléfonos en pleno día siendo unos cuantos años atrás.

En ese sentido, el celular es una ventaja por muchas razones sea por seguridad ante cualquier situación que atravesemos, aclarar dudas, aprender de muchos temas al igual o reunirnos con un ser querido aunque se encuentre muy lejos físicamente.

Considero que todo lo que a cada cual le ha tocado vivir es maravilloso, sin embargo, la clave es el balance. Ni tan tan ni, muy muy según un dicho popular. Finalmente, encontré que siempre hay temas para escribir o comunicar.

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