Transforma tu dolor en algo productivo
Nadie está exento del sufrimiento, a todos, en determinado momento nos pasa algo que puede ser doloroso. Sin embargo, lo que sí podemos escoger es el modo en el cual lo afrontaremos. Podemos escoger que nos destruya, nos estanque o que por el contrario, nos sirva de trampolín para trascender, aprender o crecer.
Tampoco debemos minimizar la experiencia de otra persona porque a ti te parezca simple, fácil o tonta. Menos aún ante un menor de edad, ya que cada uno es dueño de sus emociones y estará enfocando su situación desde su punto de vista, edad, experiencias previas, madurez, inteligencias, personalidad, etc. Juzgarlo sería inacertado, poco empatico y hasta perjudicial en la mayoría de los casos. Es sumamente importante callar si no tenemos algo constructivo que decir y más aún si percibimos que pueda estar necesitando ayuda, facilitársela o avisar a algún familiar o autoridades pertinentes, dependiendo del caso.
En la situación que te toque vivir, respira hondo y no te apresures a tomar decisiones. Muchas veces nos abrumamos aún más porque pensamos que “tenemos” que hacer algo y no es así. En la mayoría de los casos, podemos esperar. Hace mucho tiempo me percaté, de que con algún cambio físico que conlleve un cierto número de horas (desde dos horas hasta un día o más), se da un cambio de perspectiva. Es por ello, que no debemos hacer lo primero que nos viene a la mente ya que quizás lo estemos enfocando desde una perspectiva equivocada. En otras palabras, no seamos impulsivos y si estas al lado de esa persona que está pasando por esa situación difícil, intenta animarlo o convencerlo de que espere a ese otro “aire”. Una vez fui testigo de un caso en el cual una joven entró en crisisi por una situación matrimonial y su madre en vez de calmarla y hacer que esperara la animo a que tomara decisiones abruptas de las cuales luego se arrepintió. Es por esto que si no tenemos nada productivo que aportar, mejor nos debemos apartar y callar ya que queriendo hacer un bien, estaríamos haciendo daño.
Definitivamente que en situaciones de crisis, debemos esperar un tiempo o mejor aún, tener al lado a esa persona sensata y sosegada que nos lleve de la mano acompañándonos. Solo escuchándonos sin juzgarnos cuidando que no tomemos decisiones apresuradas.
