Libro Gratefulness, the heart of prayer
Autor Brother David Steindl-Rast
Este libro no es para leerlo a la ligera sino que es uno de esos libros profundos que invitan a la reflexión.
Desde el principio, es mas diría yo que, desde el titulo te adentra, si se lo permites, a un estado de conciencia, a un preguntarte si en realidad estas orando bien. No precisamente es una postura, una oración u oraciones específicas sino es una cuestión de actitud.
El agradecer implica en si misma una actitud reverente. Es un respeto hacia lo que se agradece y, un estilo de vida de agradecimiento (tal como indica el autor). Así, de esa forma, reconocemos la grandiosidad hacia quien agradecemos.
En ese sentido es una postura de asombro maravillados ante esa creación que se nos ha regalado y hemos tenido de siempre sin percatarnos de ello. Piénsalo: cuando no has tenido que esperar por algo o, dicho de otro modo, desde que abriste los ojos ya estaba todo dado, no te asombró sino que lo diste por hecho. Por lo que no lo valoraste.
Por el contrario y por lo general, lo que has deseado u añorado conseguir, lo atesoras y lo valoras porque te costó algún tipo de sacrificio, por lo menos un periodo de espera. Esto pienso que pasa con la creación, no nos maravillamos por levantarnos cada día y abrir los ojos, ni respirar o hablar, incluso caminar. No es hasta que algo de esto falta y lo recuperamos, entonces es que agradecemos el recuperarlo y todo se ve desde otro matiz.
Imagínate entonces, que pasa con la creación; los árboles, las montañas, las olas, el mar, los océanos, los animales, las flores, incluso los seres humanos con todo ese engranaje perfecto. Lo damos por sentado, hasta dudamos o asumimos posturas ateístas.
Al ver todo desde esa otra ventana, no podemos agradecer ya que siempre lo tuvimos y no luchamos o esperamos por ello. Está ahi a nuestra disposición y muchas veces lo mal utilizamos, empezando por nuestro cuerpo cuando no lo cuidamos y deterioramos eso que se nos regaló sin haber hecho nada por obtenerlo.
Por otro lado, cuando no cuidamos el medio ambiente, y buscamos enriquecernos con mas y mas cemento sin darnos cuenta que nosotros mismos, en nuestra ambición estamos matando los pulmones (la vegetación) tan necesarios para la purificación del aire que se nos entregó limpio y puro.
En fin, con nuestras ambiciones vamos construyendo barreras que no nos permiten disfrutar lo que hacemos. Cada experiencia de vida la enfocamos desde la perspectiva del logro sin disfrutarnos la actividad. Algo tan simple como barrer, lo podemos ver como tedioso o por el contrario, convertirlo en una sesión de baile con nuestra escoba. Es un ejemplo burdo, simple sin embargo, es con la intención de que te visualices disfrutando cada actividad sin darle tanta importancia a la razón o propósito por el cual lo debes realizar.
Obviamente resulta importante tener claro cual seria nuestro propósito, hacia donde nos dirigimos. Sin embargo, cada día, cada actividad, cada movimiento debiésemos verlo como único y maravilloso.
Así la oración. Está no puede verse como algo tedioso sino un disfrute, un agradecimiento de poder estar recogido ante su presencia y mas aún, que el agradecimiento se convierta en el corazón de la oración tal como el autor, David Steindl nos señala de mil y una formas en su maravilloso libro.
Solo así, podríamos conocer la anchura y la longitud, la altura y la profundidad y el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, llenándonos de la plenitud de Dios (Efesios 3:18-20).
Así es que, te invito a que utilices tu imaginación y piensa en una obscuridad, en ese caos y confusion sin nada creado y ve asombrándote de cada una de las cosas que Dios fue creando...se testigo de cada momento....primero fue la luz, el firmamento, agua, tierra, vegetación, estrellas, animales,...ser humano...
No existía nada antes y fue creando todo lo necesario para poder traernos a nosotros como seres humanos con libre albedrío como administradores de esa creación. ¿Nos asombramos cada día por ello, nos cuidamos y administramos sabiamente lo que se nos regaló?
Por eso, disfruta cada instante como si fuese el primero asombrándote y agradeciendo lo que sin razón ni merecerlo se nos entrega cada día.
Y por ultimo, la próxima vez que te encuentres diciendo: mi Dios, mi cuerpo, mi patio, mi océano...piensa o percátate que ese sentido de posesión que por lo general tenemos, implica un compromiso con ese que decimos poseer. Debe ser un toma y dame...
Asi es que , la próxima vez que digas “mi Dios” pregúntate que estás dando tu. El te ha dado todo: lo que miras y con lo que miras, la tierra que pisas y el sol que te alumbra...¿y tu, estás viviendo en plenitud, agradeciéndole a cada paso? Contemplándole en cada tarea que realizas, experimentándola así, podrás llegar a la plenitud en tu vida de oración.
Te invito a leer el libro Gratefulness, the heart of prayer (An approach to life in fullness) de Brother David Steindl-Rast. También esta la traducción al español.




